martes, 6 de septiembre de 2016

pie grande

Hombre posa junto a lo que asegura se trata de un BIG FOOT. La fotografía fue tomada en EE.UU.
Según se relata, una comunidad cercana a un bosque estaba sufriendo una cruenta matanza..
La policía archivo el caso, debido a que, no se encontró culpable alguno..
La población se adentró en el bosque (Las leyendas locales hablaban que en el centro del bosque habitaban criaturas de mas de 2 metros, cubiertas de un pelaje espeso, y una agresividad sin igual)...

lunes, 5 de septiembre de 2016

El águila de sangre


En 1901

En 1901, en Poitiers (Francia), una mujer fue encontrado en un deplorable estado de salud después de ser descubierta en una habitación donde permaneció durante 24 años encerrada por su madre. Este fue el momento del descubrimiento...

domingo, 4 de septiembre de 2016

Las Caras de Belmez

Este caso es muy conocido en España y a muchos les sonara
En 1979, la familia Pereira comenzó a encontrar rostros humanoides extraños que aparecían y desaparecían en su casa sin explicación. Según la historia, un día de agosto, María Gómez dijo a su marido que un rostro había aparecido en el piso, en concreto, en la cocina. Su marido destruye inmediatamente la imagen con un pico pero apareció de nuevo más tarde. El alcalde les prohibió la destrucción de la nueva cara y había que cortar la pared para una prueba.
Al igual que muchos otros sucesos paranormales, se encontró que la casa estaba construida sobre un cementerio y cuerpos fueron encontrados debajo de la casa.

DEADDEADDEAD.JPG



Hace algún tiempo visitaba una web ya extinta en la deep web..
En uno de los foros de debate comenzó a rondar la imagen que ilustra este post, bajo el nombre de DeadDeadDead, con extension .jpg.
Llamó mi atención, y la descripción rezaba lo siguiente:
Esta extraña fotografía fue tomada hace ya muchos años, cuando las fotografías post morten estaban en su apogeo.
Un padre de familia, que se encontraba desempleado llegó alcoholizado a su casa. Sus 2 pequeños hijos jugaban y gritaban por toda la casa..
El hombre sentía que la cabeza le estallaba, acto seguido, los mando callar.
Su esposa no había podido preparar comida del agrado del hombre, quien en un acto de locura, la golpeo, hasta matarla..
Molió por completo la parte izquierda del rostro de su mujer.
A sus hijos les esperaba algo aún peor, al niño le arranco la mandíbula, y desfiguró la cara con una navaja..
Y la pequeña la cegó con la misma navaja, para después desfigurarle cuerpo y cara..

Como ya hemos relatado, las fotografías post mortem estaban en su apogeo, por lo cual, el hombre tomó palos de escoba, y les acomdó de manera erguida..
Tomo la fotografía, la guardó en un sobre y la depositó en el servicio postal..
Posterior a ello prendió fuego a la casa, donde murió calcinado...


sábado, 3 de septiembre de 2016

El funeral

Esta fotografía fue tomada durante el funeral de un hombre, el cual falleció en un accidente automovilístico, al no poder despedirse de el, a su esposa la embargo una gran pena y dolor...
Durante dicho sepelio, se tomó una fotografía de la esposa con el cadáver, al revelarla pudieron hallar lo que ella afirma es el espíritu de su esposo, quien se presentó, para poder despedirse de ella..

¿Que piensas acerca de este hecho? ¿Acaso los no vivos pueden manifestarse de esta manera?
¿Has tenido alguna experiencia similar?
Espero puedan contarme en comentarios..

MARY, LA ELEFANTA QUE FUE AHORCADA



Mary, una elefanta asiática de más de cinco toneladas, era la estrella del Sparks World Famous Shows que recorría la geografía americana exhibiendo animales salvajes, mostrando la pericia de sus acróbatas y haciendo reír a los niños con sus payasos.
Tenía 30 años, era más grande que Jumbo, el elefante del circo Barnum, podía bailar 25 temas musicales y con un bate de béisbol podía dejar en evidencia a muchos pitcher.
El 11 de septiembre 1916, el Show llegó a St. Paul (Virginia), un pequeño pueblo minero en el Valle del río Clinch. Paul Jacoby, el entrenador de la elefanta, contrató a Walter Eldridge, un conserje de hotel, con la tarea de limpiar, lavar y adecentar a Mary para los desfiles y espectáculos.
Al día siguiente, en Kingsport (Tennessee), no se sabe si por la poca pericia de Eldridge o por el uso indebido de un palo con gancho con el que debía “guiar” a la elefanta, Mary atacó a Eldridge y lo mató. El propietario del Show sabía que ninguna ciudad contrataría un espectáculo con una elefanta asesina y entendió que se sacrificase al animal, el problema era cómo: las armas de fuego disponibles no eran capaces de atravesar el “blindaje natural” de Mary, en el pueblo no había suficiente potencia eléctrica para “freirla”… incluso algún salvaje sugirió atarla con cadenas a dos locomotoras y desmembrarla. Al final, se optó por colgarla de una grúa de los ferrocarriles y ahorcarla.



viernes, 2 de septiembre de 2016

Adam Spencer y el parásito

Adam Spencer nunca pensó que un viaje por Perú terminaría convirtiéndose en una pesadilla. El joven, de 23 años de edad, sufrió una infección que le desfiguró la cara y le llegó a afectar las vías respiratorias producida por un parásito que, literalmente, le comió el rostro.

Spencer fue picado por un mosquito que le trasmitió un parásito conocido como “parásito de la Leishmania”, que se alimenta de células inmunes.

A los dos meses de la picadura, la herida del rostro estaba llena de pus y se abrió. Cuando regresó a Estados Unidos, los doctores notaron la gravedad del asunto, y para ese entonces ya el parásito se estaba alimentando de la carne de su rostro.


KINKSTER DEVIL



KinksterDevil es el Nickname con el que esta persona de sexo desconocido se hace llamar en la Deep Web, es muy identificado en todo tipo de foros como en sonotone Chat, pues este usuario a pesar de no tener su página personal, presume haber perpetrado de manera exitosa la ejecución con motivos de Canibalismo de más de 100 personas, aunque es algo impactante cuando se escucha decirse de una manera tan simple KinksterDevil ha compartido bastantes fotos de sus víctimas en este foro, incluyendo su modo de preparación pues este usuario de mente sumamente enferma presume haber creado recetas innovadoras que merecen estar en el mejor restaurante, desde trozos de dedos empanizados hasta un manjar de cabezas ahumadas...
Sin duda KinksterDevil es uno de los usuarios mas enfermos del lugar..

(La imagen corresponde a un platillo de lenguas, con cortes de riñón, e hígado. Acompañado de testículos cortados en cubos)

Disculpen la marca en la imagen. Es solo protección..Existen algunas paginas que deciden tomar nuestras publicaciones, lo cual es sensacional.. Solo sería cuestión de mencionarnos un poco.
Saludos.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Una bestia en idaho

Un cazador salió tras un puma, en Idaho, Estados Unidos, y lo que encontró fue una bestia digna de la mitología griega.
Pero no, no había salido de un cuento mitológico, el animal estaba rondando su casa, en la comunidad rural de Preston e incluso intentó engullir a su perro.
El puma en cuestión no tenía una sino dos pares de dentaduras bien formadas (algo que descubriría horas después).
Era 30 de diciembre pasado. Tras presenciar el ataque a su perro –que logró sobrevivir–, y seguir sus huellas por varias casas hasta que se adentró en las colinas aledañas, el cazador disparó a matar a la bestia.

Según los biólogos que más tarde le hicieron la autopsia, un procedimiento habitual cuando se cazan estos animales, "nunca habían visto algo así".
"El puma tenía dientes bien formados y lo que parecieran ser pequeños bigotes en el lado izquierdo de la frente del animal", se lee en el comunicado que el departamento para la caza y la pesca de Idaho emitió recientemente.
Los expertos no pueden decir con exactitud la razón por la que este león tenía tal deformidad.
"Es posible que los dientes sean el remanente de un siamés que pudo haber muerto en el útero y fue absorbido por el otro feto", se explica en el documento...

La garra del monte Owen


Un grupo de investigadores encontró en la década de 1980 esta enorme garra en una cueva del monte Owen, en Nueva Zelanda. Su estado de conservación es alucinante a pesar de que tiene 3 mil años. Se descubrió que perteneció a un ave extinta.

¿Les gustan los misterios, los archivos secretos?
Haganmelo saber en comentarios..

miércoles, 31 de agosto de 2016

En la fabrica de pesticidas de bophal

Después de la explosión de una de las fábricas de pesticidas que permanecía de forma ilícita en Bophal, el fotógrafo Pablo Bartolomé se apresuró a documentar la catástrofe. En el camino encontró a un hombre enterrando a su pequeño tras morir por los químicos que despidió la explosión.


En la guerra

Durante la toma, y liberación de los campos de concentración, por parte de las fuerzas aliadas, se encontraban escenas realmente impactantes, desde 'hospitales', donde se hallaban escenas cruentas de experimentos realizados en los presos...
Y, peor aún.. Como en la siguiente imagen, al sentirse apresurados los nazis por la ocupación, pusieron a trabajar a los hornos a todo lo que da..
Mataron, y quemaron a miles de personas.
En su apuración, en ocasiones, los quemaban parcialmente, y les dejaban tirados en la tierra, para que sus heridas se infectaran, y fallecieran sin consumir tiempo ni recursos en el horno...


martes, 30 de agosto de 2016

joven sin cabeza

JOVEN SIN CABEZA LLEVA UNA TIARA DE ESPEJOS LA CUAL OCULTA SU CABEZA... POR MEDIO DE REFLEXIÓN Y UN MOTO DE COMPRENSIÓN SE PUDO MANTENER CON VIDA EL CUERPO DURANTE 20 MINUTOS..
ES UN HECHO SORPRENDE, PUES SE PUDO SUSTITUIR LA FUNCIÓN CEREBRAL POR UOS MINUTOS.
ES UN HECHO SORPRENDE, PUES SE PUDO SUSTITUIR LA FUNCIÓN CEREBRAL POR UNOS MINUTOS. SI BIEN EL CUERPO NO PUDO REALIZAR NINGÚN EVENTO LOCOMOTOR, EL CORAZÓN SE MANTUVO LATIENDO, Y LOS PULMONES BOMBEANDO AIRE...


fantasma? o monstruo?

Fotografía subida al servidor de imágenes "Imgur" y difundida en reddit. Se desconoce la procedencia, con un total de visualizaciones de 3 millones apenas en 2011.


lunes, 29 de agosto de 2016

Espantapájaros antiguo, en lo que fuese un sembradío...



En la antigüedad era común observar estructuras humanoides salvaguardando los cultivos de las aves rapaces tales como buitres, y cuervos..
Una practica común al rededor del mundo.
Eran hechos con paja, y vestidos con ropas viejas del granjero..

En la imagen podemos observar un espantapájaros muy poco convencional, que tenía la función de vigilar los campos y rendir homenaje a los Dioses para la buena cosecha, estaba conformado de huesos humanos.

¿Crees que quien fabrico este inusual vigilante tomara los huesos de una tumba al haberla profanado, o que simplemente asesino a una o varias personas ahorrándose este laborioso trabajo?


Arkansas, 2006.


Una pequeña de tan solo 7 años de edad comentaba diariamente a sus padres que una figura blanca se paraba fuera de su ventana, y la miraba dormir.
Los padres al principio no creyeron a la niña, y asumieron que se traba de una pesadilla, o una manera de tener atención.
Tiempo después, debido a la insistencia de la niña, el padre de la menor colocó una cámara 'trampa', o 'espía', en la ventana donde la aparición se hacía presente..
Esa misma noche un grito desgarrador interrumpió el sueño de los padres, quienes corrieron a la habitación de su hija, para encontrar la cama vacía...
Buscaron sin éxito por toda la casa, y el bosque cercano..Sin éxito alguno..
Cuando dieron parte a la policía, la cámara se tomó como evidencia..

La siguiente fotografía fue extraída del vídeo...
Al parecer la niña fue raptada por aquello que le acosaba durante las noches...



domingo, 28 de agosto de 2016

23 De octubre de 1991.


Parecía ser una mañana aparentemente normal para Isabel y Maisie. Ellas siempre fueron muy unidas.. Isabel conocía lo divertida, y ocurrente que era su pequeña hermana...

Esa misma mañana Maisie se encontraba afuera de la casa, luchando con algo que solo ella parecía ver...
Forcejeaba, e intentaba safarse.

Isabel al verla decidió que sería divertido tomarle una foto con su cámara. Cuando Isabel tomó la foto, no se encontraba nadie más en aquel lugar..

Al momento de tomar la foto fue noqueada por lo que al parecer sintió como una ráfaga de viento muy fuerte. Cuando despertó se dio cuenta de que su hermana ya no estaba en ninguna parte.
Asustada, dio aviso a sus padres, y posteriormente a las autoridades..

Las últimas fotos de ella revelaban a una misteriosa figura oscura que sujetaba a la pobre niña contra su voluntad con un brazo y que sostenía en la otra mano un cráneo aparentemente humano..

Al realizarse los estudios de la arcada dentaria surgió un mórbido resultado. Aquel cráneo humano pertenecía a nada más ni menos a Maisie.

La figura oscura y encapuchada jamás fue identificada.


Antiguo Centro Psiquiátrico.

Para evitar que las personas con afecciones mentales, intentaran suicidarse, arrojándose contra las paredes de su habitación, eran contenidos de la manera en la cual se muestra en la imagen..
En ocasiones eran dejados en esa posición durante días.
Y su alimentación se limitaba a líquidos..
Debían hacer las necesidades biológicas, de pie, y por supuesto, no eran duchados..


sábado, 27 de agosto de 2016

Estudiantes de Medicina en 1901..


El café del infierno fue muy popular..


Se abrió en el siglo 19 y funcionó hasta la mitad del siglo 20. Fue el primer restaurante temático del mundo, sus camareros estaban disfrazados de diablos y el portero gritaba condenaciones a los clientes que entraban para tomar asiento.
Fue cerrado debido a la presión de los grupos religiosos...

Sería un placer disfrutar un café en ese lugar. ¿No creen?


viernes, 26 de agosto de 2016

Ella Harper

Ella Harper, también conocida como “La chica camello”, el apodo fue debido a que caminaba a cuatro patas como se ve en la imagen.

Vivió entre 1870 y 1921 con una extraña malformación que causaba que sus rodillas se doblasen al revés.
Trabajaba en un circo dónde ganaba 200$ a la semana, una auténtica fortuna por aquel entonces.


Una joven acosada

Una joven era acosada por algunas entidades.. Por lo cual decidió mudarse, al llegar a su nuevo domicilio, se sintió mas aliviada, mas liberada. Parecía ser que comenzaría una nueva vida, alejada de todo lo malo que la acosaba...
Con el paso del tiempo decidió probar una aplicación popular: Snapchat..
Se realizó una serie de fotografías, todo parecía normal, hasta que ojeando las mismas, se encontró con esta fotografía..
Al parecer aquella noche, no estaba del todo sola..
Desde aquel día, las manifestaciones de hicieron cada vez mas fuertes..
La chica, decidió suicidarse...

*No olvides dar like, compartir, para que cada vez lleguemos a mas personas..
Pronto abrire una nueva pagina dedicada al tema Gore y lo sangriento, aunado al blog.
Me he planteado abrir un canal en Youtube, donde se puedan relatar las historias mas a detalle, para aquellos que gustan mas de escuchar, que de leer.

Escucho sus comentarios y opiniones


jueves, 25 de agosto de 2016

Mas torturas

Una de las víctimas de un asesino serial, torturada diariamente con electro shocks y agredida con objetos punzantes. El asesino en cuestión fue Robert Berdella, que fue condenado por haber violado, torturado y asesinado a seis hombres en Kansas City, Missouri, entre 1984 y 1987.


Paranormal

Esta fotografía fue tomada hace unos diez años aproximadamente. Se trata de una prueba de un investigador paranormal de América del Sur, el cual afirmaba que un monstruo habitaba una cueva. Fue allí con el objetivo de investigar el lugar, pero no se volvieron a tener noticias de él. Al cabo de unos días, la policía fue en su búsqueda y no lo encontraron, pero si estaba allí su cámara, justo en la entrada de la cueva. Al revelar el carrete de la cámara, vieron que ésta era la última imagen que tomó el investigador antes de desaparecer del mapa.


miércoles, 24 de agosto de 2016

una historia oscura

«¡Váyase de aquí, vieja hijueputa! ¡Déjeme tranquilo ya! ¡No se meta conmigo!», le dije a mi mama. Me miró como solo miran las madres cuando creen que es la última vez que nos verán. Le cerré la puerta en la cara y la escuché llorar y derramar esas lágrimas que pesan como yunques cuando caen al suelo. La miré por el agujero de la puerta mientras se alejaba, sola, bajo la lluvia, como queriendo lavar sus penas y, de paso, las mías. Ahora debo lidiar con mi situación, pues no me siento bien. Me siento pesado, como una lata que tiene encima un tractor.

Hace unos años, cuando vivía en mi casa de Estelí, tuve una experiencia única. Y no solo única, terrible. Vivía con mi mama y Robertito, mi hermanito menor, en una casa con un gran patio colmado de árboles frutales y unos rosales que regábamos con el agua de un pozo artesanal. Mi papa se fue el día que mi mama descubrió que tenía una querida. Creo que ahora vive en Rivas y trabaja como operador en una de las esclusas del Canal Interoceánico. Yo quería ser cómo él, un macho en todo el sentido de la palabra. Y lo que más me gustaba era lo mucho que jugaba conmigo. Me tiraba por el aire y me atrapaba. Me enseñó a jugar trompo y chibolas y, cuando fui creciendo, me enseñó a hacer nudos y a identificar las constelaciones. Era mi héroe y ella se encargó de hacerlo desaparecer. Robertito, por su parte, no era santo de mi devoción, pues me había quitado parte del cariño que me daba mi papa y muchas noches de sueño.

Mi mama trabajaba como bonchera en Marimba Cigars, una de las tantas fábricas de puros que existían en Estelí en esos tiempos. Ahora ya quedan muy pocas fábricas, pues en su ambición los tabacaleros contaminaron los suelos con muchos químicos inorgánicos y ahora casi no se puede sembrar. Muchos se han ido de Estelí porque el trabajo y el alimento escasean considerablemente. Yo vi gente muerta de hambre en la acera, como en el tiempo de la plaga de langostas que se comió todo el maíz en Estelí.

Mi mama siempre se esforzó mucho por nosotros, pero ese esfuerzo jamás fue reconocido. Trabajaba dos turnos en la fábrica y, en todos los años que había trabajado, no había podido ascender en cuanto a posición o salario. Desde siempre fui muy malcriado con ella y no la respetaba. Ahora, pensándolo bien, creo que era mi expresión de rebeldía por la ausencia de mi papa. Era como un reclamo porque para mí, mi mama era, en verdad, la culpable de que mi papa, mi único héroe, no estuviera. Le decía groserías y no la ayudaba cuando llegaba a la casa en la madrugada, cansada de sus múltiples turnos y del acoso sexual de los jefes de sección de la fábrica. No le ayudaba a cuidar a Robertito tampoco y el pobre chavalo pasaba tierroso y comiendo mocos todo el día. Y eso era todo lo que comía, pues, por hacer la maldad, yo botaba en el patio las pachas que mi mama le dejaba preparadas. ¡Cómo quisiera que estuviera conmigo ahora para que me ayudara! ¡Hombre grande! ¡Cómo quisiera no haber sido tan malo con él!

Recurrentemente, sentía un hambre terrible después de las diez de la noche, aunque hubiera cenado. Yo sacaba tarea de lo que mi mama compraba para la semana y no dejaba nada para mi hermanito. Me comía hasta la leche NAN 3 con cuchara. Me ponía un puñado de leche en polvo en el cielo de la boca y lo saboreaba con mi lengua hasta que se deshacía y no podía contener las cosquillas. Salía de mi cuarto e iba a la cocina todas las noches. Abría la refrigeradora y sacaba la pana del queso y después buscaba las tortillas y la porra de gallo pinto, nuestra cena habitual. Y ahí me sentaba en la mesita de madera color miel que teníamos. Era un placer para mí comer solo en la cocina sin que mi mama me estuviera molestando y sin que Robertito me estuviera aturdiendo con sus berridos. ¡Ahora te extraño, Robertito! ¡Daría lo que fuera por que me cuidaras!

Una noche, mientras cenaba, sentí un ruido en el techo, como cuando las gatas andan en celo y chillan como si las estuvieran matando. Mi mama aún no llegaba del trabajo. «Debe ser algún animal», pensé y seguí comiendo. Después de unos minutos sentí que tiraban piedras en el techo, como si alguien dejara caer un puñado de tierra sobre el zinc, desatando así una cascada de sonidos. Me dio un poco de miedo, pues los gatos no son tan astutos. Salí al patio y me subí en un árbol de mango para poder ver sobre el techo. Todo estaba oscuro y en el patio las sombras parecían moverse con vida propia. El tronco del árbol estaba lamoso por la intensa lluvia que nos azotaba y casi me resbalo dos veces mientras trepaba. No había nada en el techo y yo, convencido de que debía haber sido mi imaginación, volví a la mesa y traté de terminar el gallo pinto, ya sin tranquilidad, pues Robertito había empezado a chillar.

Mi mama llegó a las dos de la mañana. Yo estaba despierto, viendo el programa de fútbol que me gustaba tanto. «Hola, ¿ya comiste?», me preguntó. No le respondí. «¿Ya comiste, amorcito?», continuó. «Ya», le dije secamente sin siquiera un «¿cómo te fue?» o un «¿querés que te sirva?». «¿Y Robertito?», me preguntó después. «Sabeeer», le dije con un tono de aburrimiento. «¿Comió el niño?», me dijo. «Sí, le di las pachas», le contesté, mintiendo. «Déjeme mama que quiero mirar el programa», le terminé diciendo. Ella sonrió con lástima y se fue caminando despacio hasta que se paró cerca de la puerta de su cuarto. Luego se apoyó en el batiente, seguramente viendo en su cuna a Robertito, quien, una vez más por culpa mía, se había quedado sin comer.

Al día siguiente me levanté tarde. Como no tenía a quien rendirle cuentas, me quedé dando vueltas en la cama. Robertito lloró, pero no le hice caso. Estaba todo cagado y con el Pamper a reventar. Mi mama le había dado de comer en la madrugada y me había dejado NAN 3 y las pachas con agua sobre la mesa para que se las preparara. El día pasó rápido y en la noche, después de haber cenado, volví a la cocina para repetir mi ritual con el queso, las tortillas y el gallo pinto. Comí rico en mi segunda cena. A unos pocos metros frente a mí, sobre el pantry, yacían las pachas de Robertito, colmadas de moscas.

Eran las doce de la noche. Cuando estaba a punto de terminar el último bocado, sentí un ruido que venía del pantry, cerca de donde estaban las pachas mosqueadas. Me levanté de la mesa para ver si algún ratón andaba haciendo desastres, pero no vi nada. «Esta casa está tan vieja que le suena todo», pensé. Me di vuelta para regresar a la mesa y terminar mi comida cuando, entonces, pasó. «¡Hombre grande! Ya vine, ¡hombre grande!», dijo alguien detrás de mí. Me quedé parado, como estatua, dando un paso que nunca terminé. Con un miedo terrible me atreví a voltear. Y entonces lo vi por primera vez. Estaba ahí, agazapado en el rincón, su estatura la de un niño, su piel llena de pelos y verrugas, su larga barbilla entre sus rodillas, su sonrisa de oreja a oreja, su pelo canoso cubriéndole la barba y cayéndole sobre los hombros, su nariz puntiaguda como un cuchillo. Y sus ojos, ¡Dios!, ¡qué ojos más horribles! Su presencia era aterradora. Parecía que no estaba ahí y, sin embargo, era visible, como si se desvaneciera y volviera a aparecer inmediatamente. Me froté los ojos y sentí un cosquilleo en todo el cuerpo. «Ya vine, ¡hombre grande!», me volvió a decir con una voz chillona. Y mientras lo hacía, sentí un escalofrío espantoso en mi espalda, como si me estuvieran arrancando cada nervio de la columna. Quise gritar, pedir ayuda, decir «¡Dios mío!», pero no me salió la voz. Mi boca se movía como la de un pez fuera del agua. Él sonrió mientras sus ojos brillaban. Luego adoptó nuevamente un semblante serio y se llevó lentamente el dedo índice a sus labios carnosos. «Shhhh. No grite. Ya vine y no me voy más, ¡hombre grande! Voy a estar con su merced para siempre. Recíbame ahora, ¡hombre grande!», me dijo el duende con la fuerza del que pretende cumplir lo que promete.

Cerré los ojos para no verlo más, pues su imagen era insoportable para mí. «¿No me quiere ver, hombre grande? Ahora no me voy más, su merced», continuó mientras yo temblaba. Sentí un chorro caliente en mi pantalón y un charco empapó mis pies rápidamente. Aun así, tardé unos segundos en abrir los ojos. Cuando lo hice ya no estaba ahí, pero su figura estaba grabada en mi mente como el recuerdo más terrible que jamás tendría. Corrí a mi cuarto, prendí la luz y ajusté el crucifijo que tenía frente a mi cama. Cerré la puerta y la ventana que daba al patio y me metí entre las cobijas. Subí los pies para que la cobija me los envolviera y empecé a sudar como chancho. No podía mover ni un dedo, pues pensaba que el duende me descubriría. Entonces recordé algo que había olvidado. ¡Robertito estaba solo en el cuarto de mi mama! Es cierto, quizás no le daba de comer y no soportaba sus chillidos, pero esa noche algo se despertó en mí, algo que antes estaba dormido y consumido por la oscuridad: el amor por mi hermanito.

Me levanté como un rayo y tomé el crucifijo, pues fue lo único que se me ocurrió como defensa. Corrí hacia el cuarto. La puerta estaba abierta de par en par. Entré rápidamente y miré hacia la cuna. Me apresuré a asomarme y todos mis miedos se confirmaron. Robertito no estaba. Me arrodillé frente a la cuna y llorando le pedí a Dios que perdonara mis pecados, empuñando con fuerza el gran crucifijo desde el que Jesús parecía mirarme con lástima; la sangre de la corona de espinas resaltando sus facciones. Un sonido familiar interrumpió mi sufrimiento. Era Robertito. Volteé y lo vi detrás de mí, acostadito en la cama de mi mama, rodeado de las rosas de nuestro patio, pero también de una multitud de sapos, arañas y ciempiés. A pesar de las flores, sentí un olor intenso y desagradable. Aunque entonces no lo sabía, ahora sé que era el olor de la mierda de venado. Me aterraban todos los animales que lo rodeaban, por lo que tardé bastante tiempo en reaccionar. Agarré a Robertito rápidamente y justo a tiempo, pues un sapo empezaba metérsele por la boca. Cuando lo tuve seguro en mis brazos, vi que los animales y las flores habían desaparecido de la cama, pero el olor a mierda de venado persistía, como un eficaz y macabro recordatorio del que nos había visitado.

Esa noche me llevé a Robertito a mi cuarto, para cuidarlo. Mi mama llegó en la madrugada y nos encontró a los dos debajo de las cobijas enrollados en un abrazo fraternal, el crucifijo preso entre mis manos. Ella debe haber sonreído esa noche al vernos tan cerca como nunca. A pesar de que no volví a ver al duende en los diez días que siguieron, no podía contener los orines y la tembladera cuando pasaba frente al pantry, donde lo vi agazapado por primera vez. Suspendí mis segundas cenas y empecé a leer algunas secciones de la Biblia que mi mama guardaba debajo de su colchón. Tenía que protegerme de alguna manera, pero no sabía cómo. ¡Si existe Dios, creo que debió haberse reído de mí, pues quien lo había olvidado lo buscaba en momentos de necesidad!

Las vacaciones se acababan y mi mama matriculó a Robertito en el Centro de Desarrollo Infantil «Los Chavalitos». A mí me tocaba irlo a dejar de camino a la escuela y a traerlo al regreso de esta. Nunca le conté a nadie del suceso, pues pensé que nadie me iba a creer. Generalmente, esperaba la hora de ir a traer a Robertito en las sillas de la barbería Hulk, donde conversaba con mis amigos barberos. Un día, mientras esperaba, vi que la profesora Carmen me llamaba desde el portón, indicándome que ya era hora. Fui al salón de infantes y la profesora me pidió que le cuidara a los niños un momento mientras ella iba a cambiar a Robertito en el baño adjunto para entregármelo. Le dije que sí y me senté en su mecedora a esperar.

La zona de gateo parecía una isla en un mar de cunas donde estaban acostados nueve bebés, unos vestidos con Pampers y camisitas y otros con mamelucos y gorritos de animales. Estaban tranquilos, pero repentinamente empezaron a llorar. Me levanté de la silla e intenté calmarlos inútilmente, como un árbol tratando de calmar al huracán. «Ya, ya, chavalos», les dije pausadamente. Los chavalos no hicieron caso y siguieron berreando como terneros. «Shhhhhhhhhh, pequeños. Por el brillo de la estrella y la luna. Ya vine y estoy aquí. Silencio», dijo él desde un rincón mientras yo palmeaba a unos de los niños. Los bebés detuvieron su llanto con una sincronización espeluznante. Miré rápidamente y no pude ver nada, solo la mancha de orines en mi pantalón kaki. Me di la vuelta y casi choco con la profesora Carmen, quien ya regresaba con Robertito, listo y vestido para volver a la casa.

Pasaron los días y mis miedos crecían con cada minuto, a pesar de que ya no lo veía, a pesar de que ya no lo escuchaba. Pero el poder de sus palabras era más poderoso que su imagen. «No me voy más, ¡hombre grande! Por el brillo de la estrella y la luna». Empecé a hablarle a Robertito y, aunque estuviera chiquito y no me entendiera, sus muecas eran para mí suficiente prueba de su atención. Cuando le hablaba, extendía sus manos para que lo cargara. Una vez que lo hacía, me hacía ojitos y sonreía. Hablaba con él, porque era el único que había vivido mi experiencia, de primera mano. Se formó así un lazo impresionante entre los dos y, contra lo que se pueda pensar, creo que Robertito me cuidaba a mí y no al revés. Al fin y al cabo, él siempre estaba sonriente a pesar de que yo, hasta hacía pocos días, tenía la costumbre de dejarlo sin comer. Él me quería a pesar de todo y eso se me clava en el corazón cada día que pasa, ese peso me aplasta ahora que ya no puedo más.

Le puse una sábana negra al espejo de mi cuarto, porque muchas veces creí ver la cara del duende ahí, vigilándome cuando yo me peinaba, invocando al brillo de la estrella y de la luna. Con mi mama no podía hablar aunque quisiera, pues volvía a la casa demasiado tarde y me daba miedo esperarla despierto. Prefería perderme en la protección de los sueños que enfrentar mi horrible realidad. Pasó un mes desde que escuché su voz en el salón de infantes. Todo parecía normal y rutinario. Pero el silencio es tormentoso para el que está maldito.

El día de mi cumpleaños, mi mama pidió permiso en el trabajo y pudo llegar a las siete de la noche. Ese día me compró un pastel y pude invitar a unos amigos de la escuela con quienes compartí unas gaseosas y un arroz a la valenciana que mi mama nos cocinó. Robertito nos acompañó todo el tiempo en su silla infantil. El bandidito sonreía como nunca, como si la fiesta hubiera sido suya. Mis amigos lo integraron a nuestros juegos y, chineado, disfrutó tanto como yo.

Todo iba bien hasta que llegó Pitoco, el payaso enano, un artista famoso de Estelí al que yo le tenía miedo, como a todos los payasos. Su imagen me recordaba mucho la del duende, con esa baja estatura y esa voz tan irritantemente chillona. El payaso iba a hacer algunos juegos y se puso a brincar en un pie, pero mi mama le dijo que mejor se fuera, pues a mí no me gustaba.

Terminamos la fiesta cerca de las diez de la noche. Creía que mi mama ya se había ido a acostar cuando despedí al último de mis amigos. Cerré la puerta con llave como ya me había acostumbrado a hacerlo. Revisé también las ventanas de mi cuarto y verifiqué que el crucifijo estuviera cerca de la cama y que el espejo estuviera cubierto. Hice esto con los ojos cerrados mientras mi mente se turbaba con la imagen del payaso dando brincos en un pie. Cuando me estaba quintado los zapatos para acostarme, un pensamiento se clavó en mi mente, como los clavos en las manos del pobre Cristo que estaba en mi mesita de noche. A pesar de todo, estaba agradecido con mi mama, después de muchos años de odios y resentimientos. Me gustó el tiempo que me regaló el día de mi cumpleaños. Por eso, me levanté descalzo y fui a su cuarto, queriendo agradecerle su gesto. Toqué tres veces, pero nadie me abrió. Abrí la puerta y vi que se había ido de nuevo. Como pidió permiso en el trabajo, tuvo que regresar al turno de la madrugada. A los dueños de la fábrica Marimba Cigars no les importaba la vida de las personas, solo sus números. En la cuna estaba Robertito, durmiendo. Volví a mi cuarto, un tanto decepcionado por no haber podido agradecerle a mi mama. Me senté en la cama y apoyé mi frente en la palma de mis manos, inundado por una repentina tristeza y una inmensa soledad. Quise la compañía de Robertito, mi compañero, para que me ayudara a pasar la noche. Me levanté de nuevo y, cuando iba hacia la puerta de mi cuarto, escuché su llanto y varios golpes. Corrí hacia el cuarto de mi mama y abrí la puerta rápidamente. Entonces lo vi otra vez y esta visión fue mil veces más terrible. Estaba subido en la cuna de Robertito y lo golpeaba salvajemente mientras mi pobre hermanito lloraba y pataleaba en su impotencia. «Cállese, me lo llevo, su merced, me lo llevo allá a mi lugar», le decía el maldito mientras le daba puñetazos en su delicada carita. Con cada golpe, el llanto de Robertito se hacía más desgarrador. Yo estaba parado en la puerta, agarrando la manija, completamente inmóvil por el miedo. Pero el amor por Robertito me hizo hablar, entre llantos de furia. «¡Dejalo ya por el amor de Dios! ¡Él no te ha hecho nada, hombre!».

Mis palabras tuvieron un efecto temporal, pues dejó de golpearlo. Se quedó quieto por unos segundos mientras Robertito seguía llorando. Se dio vuelta lentamente, levantó su cabeza y me atravesó con su mirada y con su voz: «Dios no está aquí, no lo llame, su merced. Y ustedes sí me hicieron algo. Y no soy un hombre. Usted sí, su merced. ¡Usted es el hombre grande que me quiere despojar de lo que es mío!», me dijo con esa voz chillona que tanto me aterraba. «¡Yo soy su dueño!», continuó. Quise moverme para agarrar a Robertito, pero el duende levantó su mano derecha en señal de alto y quedé convertido en una estatua viviente. Con un chasquido de dedos hizo que me elevara unos centímetros del suelo y con un movimiento suave de su mano izquierda hizo que me estrellara contra la pared.

Todo se volvió negro y no supe más de mí o de Robertito. Me desperté en el suelo del patio, frente al pozo; mi cuerpo embarrado de mierda de venado, la que reconocí por el olor. Dentro de mi ropa se movía lo que parecían culebras y sapos. Intenté sacudirme, muriéndome del asco y del miedo, pero no pude porque algo invisible me sujetaba. Mi pelo estaba envuelto en telarañas muy espesas que caían sobre uno de mis ojos y podía sentir a un arácnido muy grande y gordo caminando por mi coronilla, los pelos de sus patas rozando mi cuero cabelludo. Entonces oí un ruido cerca del rosal. Desde las sombras, con pasos lentos, apareció el duende con Robertito entre sus brazos; su cara iluminándose a medias con el brillo de la luna. Estaba sonriendo, gozoso de mi horror. Al verme, mi hermanito empezó a llorar otra vez. Quise moverme, pero era imposible. De un salto, el duende se subió al borde del pozo y movió su mano formando un círculo en el aire con su dedo índice. Con su poder, me tomó de los pies y me sentó en una silla cerca del pozo. Miles de alacranes empezaron a subir por mis piernas. Robertito seguía llorando y su llanto me arrancaba pedazos del corazón. El duende conocía todos mis miedos y esa noche empezó a ser, verdaderamente, mi dueño. Quise orar, pero no podía entrelazar los versos. El duende miró hacia arriba y con el brillo de la luna en sus ojos empezó a flotar sobre la boca del pozo. Robertito me miró. Su carita estaba destrozada por los golpes que le había dado. Sus ojos moraditos, su boca llena de sangre. Pero aun así, me sonrió con el único dientito que le quedaba. Esa sonrisa me dijo muchas cosas, y, hoy, volver a verlo sonreír es lo que más quisiera. Pero no podrá ser, porque ahora soy de él y Robertito ya no está.

Cuando Robertito me sonrió, ahí flotando sobre el pozo, el duende lo soltó y lo dejó caer en el agujero. Su caída fue rápida y estruendosa y el sonido del agua en el fondo me indicó el horrible fin de mi hermanito. Así, el duende me arrancó la vida que más me importaba. Marquen mis palabras: el tormento de la permanencia oscura es más horrible que la muerte. No pude ni gritar cuando soltó a Robertito. No pude hacer nada. Y la impotencia es uno de los sentimientos más horribles, más aún cuando el que nos mata, el que nos asesina, puede hacerlo a su gusto y antojo. ¡Qué rabia sentí! ¡Cómo deseé su muerte y la mía! «Me lo llevé, su merced, me lo llevé a mi lugar. Vio que Dios no está aquí. Ahora me llevo lo que es mío, quédese ahí, ¡hombre grande!», me ordenó con violencia. «¿Lo que es tuyo?», le pregunté. «Si, su merced, ¡hombre grande! Voy a llevarme a mi reina, que es mía», chilló. Entonces comprendí que el duende no me quería a mí ni a Robertito. ¡Quería a mi mama! «Pronto volverá, su merced, ¡hombre grande!, ¡pronto volverá!», dijo con gozo tocándose su entrepierna.

Seguro de lo que tenía que hacer, tragué saliva para tener voz, y le dije: «Llevame a mí. A ella no la toqués». «No, me llevo a mi reina, su merced», me respondió. Impulsado por una fuerza invisible, supe lo que tenía que ofrecerle a cambio de mi madre. «Lléveme a mí. Yo quiero ser como su merced». Sus ojos brillaron. «¿En serio, hombre grande?», me preguntó. «Sí, es lo que más deseo. En esta tierra quiero sentir por siempre el brillo de la estrella y de la luna, como su merced. Quiero seguir su camino, viviendo cerca del hombre grande», le dije con pavor, reconociendo la profundidad y el compromiso de mis palabras. «Recíbame, entonces», me indicó. Con la mayor pesadumbre posible, pronuncié las dos palabras fatales, esas que esperan los duendes cuando han encontrado un sucesor. «Lo recibo», le dije, y mi respuesta lo inundó como el agua que se mete al agujero de un barco. El olor a mierda de venado nos rodeó y el duende desapareció lentamente, caminando hacia atrás hasta que se agazapó en un rincón tras el rosal y se perdió de vista. Amaneció y el alba fue para mí como una plaga. El sabor de la noche se adormeció en mis labios y mi nariz dejó de sentir el aroma del rosal. Estaba solo y mi mama, ignorante de todo, llegaría en poco tiempo.

Le dejé una nota sobre su cama y me fui de la casa. Y así empecé mi transitar errante por esta tierra, tratando de alejarme de ella, tratando de no volverlo a ver a él. Pero no hacía falta. Un día me salió una verruga en el brazo. Me picaba mucho y aunque me rascaba no podía hacer que la picazón desapareciera. Probé mil pomadas y ungüentos, pero la verruga crecía en lugar de ceder. Con mi brazo vendado y un bordón de Guayacán, por caminos rurales, llenos de árboles y el olor de la tierra, caminé tratando de olvidar. Me dediqué a seguir hileras de flores y a posar cerca de las haciendas en las que había niños. Era como si algo me enlazara con los pequeños desnutridos que encontraba en las lugares que visitaba; era como un deseo de estar con ellos y llevármelos para que no sufrieran. Y así siguió mi camino solitario, lleno de pensamientos tristes, de anhelos y arrepentimientos.

Al fin llegué a León y conseguí trabajo como ayudante en un taller de carpintería. Eso me ayudó a pagar un cuarto cerca de la Recolección. Siempre que pasaba por la puerta de la iglesia, por alguna razón, la verruga del brazo empezaba a picarme. Pasó el tiempo y un día, un mal día, mi mama me encontró, guiado su instinto por la brújula del amor y el mensaje que le dejé involuntariamente en la nota: «¡Búsqueme!, ¡sálveme!». Ese día es hoy y su visita interrumpió la tranquilidad que creí haber encontrado. Tocó la puerta y al abrir la vi parada con su vestido verde y la nota en su mano. Los sentimientos se mezclaron en mi corazón y aire se extravió de mi cuerpo. «¿Por qué te fuiste, mi amor?», me preguntó. «¡Por usted!», le respondí, diciéndole una verdad a medias. «Quiero que volvás conmigo a la casa, amorcito. Yo no te culpo por nada y te voy a recibir», me dijo, pronunciando unas palabras parecidas a las que yo pronuncié aquella noche.

Pensando en la última opción que me quedaba para que se fuera, a pesar de que la amaba y que lo que más quería era irme con ella, recurrí a insultarla, para protegerla, para alejarla de él. «¡Váyase de aquí, vieja hijueputa! ¡Déjeme tranquilo ya! ¡No se meta conmigo!», le dije a mi mama. Me miró como solo miran las madres cuando creen que es la última vez que nos verán. Le cerré la puerta en la cara y la escuché llorar y derramar esas lágrimas que pesan como yunques cuando caen al suelo. La miré por el agujero de la puerta mientras se alejaba, sola, bajo la lluvia, como queriendo lavar sus penas y, de paso, las mías.

Ahora debo lidiar con mi situación, pues no me siento bien. Me siento pesado, como una lata que tiene encima un tractor. Pero antes de irse, se dio la vuelta y llegó nuevamente a la puerta. Tocó otra vez. «¡Váyase, vieja!», le dije fuertemente, arrepintiéndome del insulto, pero regocijándome porque era la única manera de protegerla. «No me voy hasta que me abrás y me mirés, amorcito. Yo no te culpo, en serio», me dijo. No pude evitarlo, tuve que abrir de nuevo, la verruga de mi mano causando una picazón terrible. «Gracias, amorcito», me dijo mientras empezaba a reírse. Su cara se partió en dos y su cuerpo cayó al suelo como el viejo cascarón de una cigarra que muda su piel. En el lugar en el que estaba mi madre, quedó solo él, riéndose de mí, riéndose de la víctima de su engaño. «Gracias, su merced. Ya me llevé a mi reina. Muchas gracias. La encontré en el cementerio, visitando la tumba de su hermanito, su merced. Me escondí en un árbol y le puse un alacrán negro en el vestido. La picó rápido, su merced, muchas veces y parece que el veneno le cerró la garganta. Se murió a mis pies, su merced, pidiendo aire, como una reina; mi reina. Cuando cayó al suelo, su cara quedó sobre el pasto, cerca de la tumba. ¡Viera qué bonita se miraba! Sus ojos estaban llorosos y yo, su merced, recogí una lágrima en este frasquito. Me despido, su merced, yo me voy, pero usted se queda y no se va más», me dijo el duende mientras se volteaba y se alejaba dando saltitos de alegría, disfrutando su nueva libertad, al tiempo que se transformaba en un niño chiquito, vestido de overol. Tomó la mano de una señora que lo llamó cariñosamente y se lo llevó caminando por la acera. Antes de perderse de vista, volteó y vi en su cara la faz de mi hermanito, el rostro que él hubiera tenido. Se me está haciendo un hueco en el estómago y esta verruga ya no la aguanto, ¡hombre grande! La vida me está aplastando el cuerpo y el alma. Creo que ya no tengo alma, creo que ya no tengo nada. La soledad me está consumiendo en este hogar sombrío. Me siento más viejo, más bajo y más ligero, ¡hombre grande! Me pica la barba y la nariz y veo el suelo más cerca ahora. Estoy cansado y no puedo más. Ahora tengo que esperar la eternidad en este cuarto, perdido y olvidado. Ahora tengo que esperar la eternidad, agazapado en el rincón…



otra torura

La imagen corresponde a un vídeo en el cual, queman por partes a un hombre.
Explicaré como. Como método de tortura, primero queman completamente una mano, hasta carbonizarla, para seguir con el brazo..
Así, hasta dejarlo sin extremidades...
Posterior a ello, le extraen los ojos con lo que parece ser una cuchara.
Cortan su lengua, entre gritos de dolor..

La imagen es enfocada en una pared, y se escucha un disparo, luego, el vídeo se corta...


martes, 23 de agosto de 2016

horrorifico

Un hombre en California roba el cadáver de su novia directo de la morgue, se toma una selfie con ella en su automóvil y sube la foto a varias redes sociales...
El hecho conmocionó al mundo, quien pidió que el hombre fuese arrestado..
El joven declaró a la policía que fue su novia quien en sueños le pidió que lo hiciera.


Anguila parasitaria

Anguila parasitaria que vivía dentro de la cámara cardíaca de un tiburón.
En 1992 se le realizó una necropsia a uno de estos especímenes
hallado muerto, en extrañas circunstancias.
El parásito vivió ahí durante algunos años, alimentándose de la sangre del tiburón.
La teoría mas aceptada es que se introdujo por las branquias llegando hasta el corazón, respirando al unísono con el tiburón, evolucionando, y reproduciéndose hasta comer las entrañas del espécimen.

Murió lenta, y dolorosamente.



lunes, 22 de agosto de 2016

Aparicio

Aparicio, un torero con mucha experiencia, sufrió una cornada escalofriante. Resbaló mientras hacía su labor, y el toro hizo lo propio.

Diagnóstico: “Tiene una “herida en región submandibular con una trayectoria ascendente que penetra en cavidad bucal, atraviesa la lengua, alcanza el paladar con fractura del maxilar superior. Pronóstico muy grave”.


EL VENTRÍLOCUO MCCARTHY.



En 1920, un nuevo tipo de espectáculo empezaba a nacer en el sur de Estados Unidos. Un espectáculo en el que actuaba un ventrílocuo que en poco tiempo se hizo famosísimo.

Era Mccarthy, un ventrílocuo cuyo acto era simple, pero cautivaba a todo el que lo atestiguaba. El acto era simple porque hacia uso de sólo un personaje durante toda la función: Edgar, un muñeco que representaba a un niño regordete entre los 9 y 10 años de edad, pero con rasgos muy extraños que lo hacían imposible de no mirarle, sus manos demasiado reales, su boca muy expresiva, su estatura muy distinta a la de un muñeco de ventrílocuo habitual, Edgar era más alto y sus ojos, que aunque eran los de un muñeco de madera, reflejaban un vacío que hacía difícil mantener una sola mirada sin bajar la vista o dirigirla a otro sitio. Él nunca dejo que alguien se acercara a Edgar, ni siquiera que lo miraran muy de cerca. Como era un espectáculo nuevo todos se quedaban asombrados ante lo real que se veía, como hacía el hombre para hacer hablar a un muñeco sin que se notaran sus labios moverse. Muchas personas pensaban que era brujería (la ignorancia de esa época era demasiada) o algo por el estilo, así que muchos padres de familia prohibieron a los niños ver el espectáculo; fue un hombre amado y odiado por muchos.

Una noche fue encontrado en su camerino con el cuello destrozado, nunca se supo quién fue. A un lado había un maletín negro cerrado, la policía al abrirlo encontraron al muñeco Edgar, el cual hacía tener escalofríos a cualquiera. Al examinar el muñeco de cerca se dieron cuenta de que era un niño de verdad, o al menos el cadáver de un niño de verdad, con una horrible mascara de latex que le cubría su pequeño rostro pálido. Jamás se supo como hizo Mccarthy para conservar el cuerpo del niño tan bien.


domingo, 21 de agosto de 2016

esquizofrenia

Aproximadamente el 30% - 40% de las personas que sufren de esquizofrenia intentan suicidarse en algún momento de su vida.
El 10% se suicidará como este hombre, intentando callar esas voces en su cabeza.
Rusia, 2009


HOMBRES BÚHOS.



De acuerdo a la tradición de la tribu americana LOS SEMINOLES, los Stikini, son brujos con la capacidad de transformase en Búhos a voluntad. Con el fin de devorar a sus vecinos por las noches.
Para lograr ser un hombre búho, primero que nada deben vomitar todos sus órganos internos, después de expulsar todo de su cavidad corporal colgaran sus vísceras de un árbol, para evitar que otro animal se los coma.


Una vez en su forma de búho, al capturar una presa, ansían comer su corazón, el cual sacan a través de la boca.
Antes del amanecer, el búho deberá volver a su forma natural humana, lo que básicamente consiste en pasarse todos sus órganos a través de la boca.

Sonará un poco descabellado, pero estos brujos me recuerdan a las brujas del folclor mexicano, capaces de convertirse en cuervos o guajolotes, Mediante el mismo proceso.

¿En tu estado, o país existe algo semejante?


sábado, 20 de agosto de 2016

Ubicación: Tomsk, Rusia.

Durante el invierno de 1926, todos los caballos del hipódromo huyeron después del incendio de algunos establos. Su único camino era cruzando el río. Pero todos ellos se congelaron antes de lograr alcanzar el lado opuesto. En sus cabezas escultóricas todavía se alcanza a observar sus miradas de terror...


La sifilis



Devastación causada por sífilis congénita, antes del descubrimiento de la penicilina.




Es transmitida de la madre al hijo durante el desarrollo fetal.

Produce ceguera, sordera, malformaciones escabrosas, y generalmente conducía a la muerte


viernes, 19 de agosto de 2016

Polemico hasta en 4chan

Fotografía que creó una gran polémica en el foro 4chan, 2010.
Se desconoce su procedencia.

jueves, 18 de agosto de 2016

Fotografía familiar

Fotografía tomada por Cassidey Norton, madre del niño que sale en la imagen, cassidey se sorprendió al ver que un segundo rostro ocupaba un lugar en la foto. Al observarla detenidamente concluyó que posiblemente se tratara de su padre, pues había fallecido 5 días atrás...


miércoles, 17 de agosto de 2016

Robert Ben Rhoades

 era un asesino en serie al que le gustaba subir gente a su camión y torturarlas por un rato antes de asesinarlas.
Esta foto fue tomada en un granero abandonado en Illinois minutos antes de asesinar a la chica, el asesino le ordenó cortarse el cabello y que se pusiera un vestido negro y zapatos de tacón.
Su cuerpo fue encontrado sin piel en ese mismo lugar...


martes, 16 de agosto de 2016

ZIKO

Este sociópata conocido como "ziko" en la red social VK, muestra su arte despellejando animales y usando sus pieles como vestimenta.

la bodega

Se dice que esta era la bodega de cadáveres para examinación médica.
Los pocos que entraban a ese lugar inmediatamente sentian un ambiente hostil y ese sentimiento de que te observavan desde algun lugar. En algunas ocasiones, los médicos dieron testimonios de que presenciaron movimiento dentro de ese lugar


lunes, 15 de agosto de 2016

Ultimo deseo

Para poder descansar en paz, Lorraine Underwood de 37 años de edad, pidió a su familia la presencia de su personaje favorito de T.V. (Rabbitty) durante sus ultimos dias de vida, pues tenia un tumor cerebral en constante expansion. 1969.

domingo, 14 de agosto de 2016

sábado, 13 de agosto de 2016

Gas mostaza

Paciente del cirujano Harold Gillies durante la Primera Guerra Mundial. Degeneración adyacente al gas mostaza. 1917

viernes, 12 de agosto de 2016

auto-apuñalamiento

Muerte por auto-apuñalamiento, según el informe forense su estomago estaba infestado por nematodos (parásitos redondos).


jueves, 11 de agosto de 2016

Coca-cola

Extraños cuerpos de lana encontrados en una propiedad privada de coca-cola, Australia.


miércoles, 10 de agosto de 2016

Lesión deportiva



Tal vez nadie lo recuerda por su calidad o forma de jugar dentro del campo, sin embargo el volante alemán Ewald Lienen's tiene una imagen imborrable en la historia del fútbol.
Una terrible lesión recibida ha estado en la retina de muchos desde 1981, año en que se dio esta violenta acción.
Esta acción se dio el 14 de agosto, cuando Lienen militaba en las filas del Arminia Bielefeld y jugaban contra Werder Bremen en la primera división alemana.

Fue entonces cuando Norbert Siegmann del Bremen le realizó una fuerte que terminó cortándole la pierna con los tacos, pero tal vez lo fuerte de la imagen fue ver su hueso tras el corte.
Muy furioso y por la adrelina del momento, Lienen se levantó muy enojado y arremetió contra el entonces entrenador del Werder Bremen, Otto Rehhagel, al acusarlo de incitar a su jugador a jugar rudo.
Pese a lo grave o espectacular de la lesión es que Ewald no sufrió ninguna fractura y a los 17 días regresó a las canchas con más de 25 puntos de sutura.

martes, 9 de agosto de 2016

tumor

Un tipo de tumor llamado teratoma puede hacer crecer dentro de sí mismo tejidos humanos, como cabello, hueso, dientes y piel.
Llamado: TERATOMA.


lunes, 8 de agosto de 2016

El Thunderbird (ave gigante) de Tombstone


Según la tradición india tradicional nativa americana, los thunderbirds eran enormes aves rapaces que volaban por los cielos con alas inmensas, creando un trueno cuando las batían, y a veces incluso secuestraban a los seres humanos desprevenidos.
[Foto relacionada] -1886- Periódico de Arizona (El Tombstone Epitaph)
Este periódico publicó una fotografía muy llamativa, que mostraba un enorme pájaro como pterodáctilo muerto, con el pico abierto y enormes alas extendidas, clavado en un granero y flanqueado por algunos hombres.
Esta ave se suponía que era un thunderbird, y a juzgar por la escala de tamaño proporcionado por la altura de los hombres de pie junto a ella, su envergadura parecía ser de unos impresionante 36 pies. En otras palabras, era tres veces mayor que la de los albatros errantes Diomedea exulans – la especie de aves que actualmente tienen el récord de mayor envergadura hoy en día en el mundo.



domingo, 7 de agosto de 2016

Venta de carne



Venta de carne humana en Ucrania, durante la hambruna de la Primera Guerra Mundial..

Fue muy común que en dicho país, y aledaños. Las personas asesinaran, y comieran a otras, en busca de sobrevivir..



sábado, 6 de agosto de 2016

Princesa

Mujer sube a Facebook el feto de su hija (posible aborto) y juega con ella vistiéndola de princesa.